LA FUENTE RENIEGA
La aventura dicen que la vivió un peregrino en el Alto del Perdón desde donde se ve la altiplanicie navarra. El peregrino alcanzó el alto muerto de cansancio y de sed. Tras recuperar el resuello, comenzó a buscar entre las piedras y los matojos una fuente en la que beber. Mientras buscaba vio a otra persona que parecía ser otro peregrino aunque su sonrisa diabólica parecía desmentirlo. El peregrino se dirigió a él para preguntarle si sabía de alguna fuente cercana.
El falso peregrino le dijo que si conocía una que estaba ahí mismo con mucha agua clara y fresca pero tenía un inconveniente, que era muy cara.
El peregrino contestó que tenía algo de dinero y que podría pagarse unos tragos. Pero el falso peregrino se dio a conocer, era el diablo que se había apostado allí para buscar peregrinos a los que ofrecerles agua en abundancia a cambio de que olvidasen el motivo de su peregrinación y se le entregasen en cuerpo y en alma.
Pero nuestro peregrino le dijo que prefería morir antes que vender su alma, entonces el diablo viendo que era imposible convencerlo desapareció en una nube de azufre y lo abandonó a su suerte.
El peregrino muy desfallecido se dejó caer detrás de una peña para resguardarse del sol y esperar su muerte cuando medio en sueños creyó ver a un jinete sobre un caballo blanco que se le acercó y desmontó a su vera y, sacando de su faltriquera una concha vieira, golpeó la peña y comenzó a salir de ella agua cristalina. El peregrino pude acercarse y beber recuperándose así de su desvanecimiento, pero ya no vio a ese jinete y entonces se dio cuenta que no podía ser otro que el Señor Santiago, que nada reclamaba a cambio de su favor.
Esa fuente sigue manando y se asegura que tiene la virtud de hacer conservar los ánimos para terminar el camino y evitar todo abandono de todo peregrino que bebe de sus aguas.
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