viernes, 14 de octubre de 2011

LEYENDA DE CASTROJERIZ

EL FUEGO DE SAN ANTÓN
El convento de San Antón de Castrojeriz perteneció a la Orden Hospitalaria de los Antonianos. Hoy en día es una ruina y una carretera pasa por en medio de lo que fue la iglesia.
Pero en sus tiempos en este hospital no se acogía a ningún peregrino sano, pero se dedicaba a intentar curar a los peregrinos presa del Fuego del San Antón y que hacían la peregrinación para sanar de este terrible mal que asoló a la Europa Medieval y que se decía le ocurría los pecadores.
Hoy en día se sabe que esta enfermedad es causada por un hongo llamado el cornezuelo del centeno que produce gangrena y convulsiones, fiebres y visiones. Era una enfermedad muy extendida en Europa ya que la gente comía mucho pan de centeno.
El cornezuelo del centeno que provoca el ergotismo, nombre con el que se le conoce actualmente al Fuego de San Antón, contiene alcaloides que administrados convenientemente, producen profundas alteraciones de la conciencia, acompañadas de visiones, muy similares a la ingestión de psicotrópicos como el LSD. Esto explicaría las visiones místicas que tenían algunos santos, entre ellos el propio San Antón en el desierto.
San Antón era un ermitaño que vivía en el desierto y que emprendió un largo viaje para juntarse con otro ermitaño llamado Pablo y aprender de él. En su camino recibió la visita de tres seres extraños que le indicaron cual era el camino a seguir:
·         El primero fue un centauro: mitad hombre, mitad caballo.
·         El segundo fue un sátiro: mitad cabra y mitad humano.
·         El tercero fue un lobo que le hizo de guía y lo llevó junto a Pablo.

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