EL PEREGRINO TENTADO POR EL DIABLO
Esta es la historia de Gerardo, un talabartero lionés que todos los años hacia el camino a pie para visitar al Santo.
Sucedió que un año, precisamente el día anterior a emprender el camino, Gerardo olvidó la obligación de no mantener relaciones sexuales durante la peregrinación, tuvo un desliz con una muchacha. No tuvo conciencia de la ruptura de la regla y al día siguiente empezó la peregrinación.
Llevaba muchos días de marcha cuando, cierta noche, tras una jornada especialmente dura, se le presentó en sueños el diablo, que se había vestido con ropas iguales a las del Apóstol y haciéndose pasar por él le recordó que había cometido pecado al tener sexo con la muchacha y aunque llegase a Santiago, no iba a ser perdonado.
Gerardo se sintió culpable y el diablo le puso como penitencia que se cortase el pene; Gerardo así lo hizo y luego se clavó el cuchillo en el vientre suicidándose.
Toda una legión de diablos acudió a llevárselo al infierno por haberse suicidado. Pero aún no habían recorrido la mitad del camino a la boca del infierno cuando el auténtico Santiago les alcanzó y les arrebató a su presa devolviendo a la vida al pobre Gerardo.
Las heridas que se había infligido a sí mismo curaron lentamente y le quedó una horrible cicatriz, mientras que en el lugar de su pene creció una horrible verruga que le permitía orinar.
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